La belleza de las cartas escritas a mano se está perdiendo, por eso mis pequeños artistas escribieron una bonita felicitación para acompañar al regalo que hicieron para el día de la madre.
De entre ellas, maravillosas todas, he escogido esta de Gabriel, 8 años, como felicitación en nombre del estudio.
Con ella felicito a todas las madres por su generosidad sin limites, su entrega, su paciencia, su abrazo siempre abierto y sus enseñanzas, que aunque a veces no lo crean , van calando y afloran en el futuro.